Descripción
El almuédano es una acuarela de pequeño tamaño, pero de estructura compositiva clara y generosa que impacta con la arrobada figura del orante, protagonista único fundido en un paisaje bañado por la luz norteafricana, en la atmósfera calinosa de un arenal sin vegetación al lado del Mediterráneo.
Una diagonal ascendente, de izquierda a derecha, distribuye el espacio y los tres elementos: tierra, mar y aire. La diagonal es interferida por la verticalidad del muecín. Trazos rápidos a punta de pincel –una suerte de arabescos– perfilan la figura del cuerpo elásticamente estirado, como una ese abierta, cubierto con una chilaba blanca en la que destaca un imaginario triangulo isósceles formado por tres manchas de tono rojizo: la cabeza y las dos manos. Es un personaje desnudo de detalles, perfectamente integrado en el ambiente solitario, que no se sabe si cita a la oración del pueblo o simplemente clama al cielo su propia oración en grito extasiado, que, a punto de levitar, parece fijado al suelo por su propia sombra, la mancha más oscura de la composición.
La acuarela, ejecutada con simplicidad de recursos, con ligereza de punta y arrastre del mechón del pincel, crea signos y barridos de color que dejan ver el ductus del artista sobre el papel, y que, visto desde las experiencias del arte del siglo XX , resulta de una gran modernidad, tendente a la abstracción, muy lejos del estilo de otras acuarelas del maestro de Reus, todo precisión y fantasía colorista. Una composición al modo oriental, pero no del Oriente Próximo, sino en la línea de la pintura china, de la armonía del vacío y el lleno.
Biblioteca Nacional de España: 300 años haciendo historia, 2011 p. 112.
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